miércoles, 31 de marzo de 2010

COMO RECUPERAR LA CALMA


Un día, un padre dio a su hijo una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, debería clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa. El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca, el segundo clavó 22... Pero poco a poco fue calmándose, porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca. Finalmente, llegó el día en que el muchacho no perdió la calma para nada... y se lo dijo a su padre.

Entonces el padre le sugirió que, por cada día que controlara su carácter debería sacar un clavo de la cerca. Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó de la mano a su hijo a la cerca de atrás y le dijo: "Mira hijo, has hecho bien; pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Ya la cerca nunca podrá ser la misma de antes. "Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien; aunque lo vuelvas a sacar la herida ya quedó hecha... No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida está ahí. Una herida física es igual de grave que una herida verbal. Los amigos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte. Demuéstrales a tus amigos cuánto los quieres.

Cada pequeño saludo, cada pequeña sonrisa, cada mano que damos para ayudar salva a un corazón herido.

EL CORAZON PERFECTO


Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.
Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en el ni máculas ni rasguños. Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar. De pronto un anciano se acercó y dijo: ¿Porqué dice eso, si tu corazón no es ni tan, aproximadamente, tan hermoso como el mío?

Sorprendidos la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.
La mirada de la gente se sobrecogió - "¿Cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?", pensaron ...
El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír. "Debes estar bromeando," dijo. "Compara tu corazón con el mío... El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor. "Es cierto," dijo el anciano ", tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada
uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido. "Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos, dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día -tal vez- regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón." ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?"
El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho, y con él tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes. El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más
hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

lunes, 29 de marzo de 2010

"LA PAZ PERFECTA"


Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron.

El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, él miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en su nido...
¿Paz perfecta... ? ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?
El Rey escogió la segunda. ¿Sabes por qué?

El rey explicaba que "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."
¿Y tú... ?.... ¿sabes dónde o con quién está la verdadera paz de tu corazón?...

¿UNA MUJER FUERTE O UNA MUJER DE FORTALEZA?


Una mujer fuerte hace ejercicios todos los días para mantener su cuerpo en forma... mientras que una mujer de fortaleza se arrodilla a orar, para mantener su alma en forma...

Una mujer fuerte no le teme a nada, ni a nadie... mientras que una mujer de fortaleza demuestra su valor a pesar de su temor o de su pánico...

Una mujer fuerte a nadie permite que le quite lo mejor de ella... mientras que una mujer de fortaleza da lo mejor de sí misma a todos, cada uno de los días de su vida...

Una mujer fuerte comete pocos errores y los evita en el futuro... mientras que una mujer de fortaleza se da cuenta de que los errores en la vida también pueden ser bendiciones de Dios, y aprende de ellos...

Una mujer fuerte camina confiada con pasos seguros y firmes... mientras que una mujer de fortaleza sabe que Dios la ayudará a levantarse cada vez que caiga...

Una mujer fuerte muestra en su rostro una expresión de seguridad y confianza en sí misma... mientras que una mujer de fortaleza muestra una expresión de gracia y serenidad...

Una mujer fuerte tiene fe en que tiene fuerza suficiente para su viaje por la vida... mientras que una mujer de fortaleza tiene fe en que el viaje la irá haciendo cada vez más fuerte...

Una mujer fuerte obtiene un compañero fuerte que incremente su fuerza... mientras que una mujer de fortaleza se convierte en la fuerza que hará invencible a su compañero...

Una mujer fuerte enseña a sus hijos a perseguir el éxito en la vida... mientras que una mujer de fortaleza les enseña a perseguir el amor y la virtud...

sábado, 27 de marzo de 2010

"EL FLORERO DE PORCELANA"


El maestro de novicios de un monasterio reunió a sus alumnos para la lección de hoy.
- Voy a presentarles un problema - dijo el Maestro- a ver quién es el más habilidoso entre ustedes. Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala. Encima, puso un florero de porcelana, seguramente carísimo, con una rosa roja que lo decoraba.
- Este es el problema - dice el Maestro -resuélvanlo-.
Los novicios contemplaron perplejos el "problema", por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?

Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el "problema", hasta que uno de los novicios se levantó, miró al maestro y a los alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo.
- ¡¡Al fin alguien que lo hizo !! - exclamó el Maestro- Empezaba a dudar de la formación que les estamos proporcionando este año !! .
Al volver a su lugar el alumno, el Maestro explicó:
- Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un "problema". No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado. Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae confort... "

Solo existe una manera de lidiar con un problema: atacándolo de frente. En esas horas, no se puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo. Recuerden que un problema, es un problema. No tiene caso tratar de "acomodarlo" y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que "un problema". Déjalo, hazlo a un lado y continúa disfrutando de lo hermoso y lo que vale la pena en la vida. No huyas de él... acaba con él.

"EL RACIMO DE UVAS"


Un día llamaron a la puerta de un convento, y abrió el hermano portero llamado Pedro. Este vio con asombro que un hortelano de las tierras de al lado le entregaba un hermoso racimo de uvas tan grande que le causó admiración, diciéndole: -Hermano: te regalo este racimo de uvas en agradecimiento por la buena atención que me prestas cada vez que vengo al convento-.
Sin pensarlo dos veces el hermano portero le dio las gracias por tan precioso regalo y le dijo que no tardarían mucho en dar cuenta de él.

Apenas salió el hortelano del convento, Pedro lavó el racimo y lo dejó escurrir en un clavo que había colgado en la pared, mirándolo con alegría por el gran festín que le esperaba. En el convento, había un hermano enfermo que no gustaba de comer nada, debido a su enfermedad. Pedro pensó que sería una buena obra alegrarle el día a este enfermo y de paso llenarle el estómago, tan necesitado de alimento. Sin pensarlo mucho, descolgó el racimo de uvas y se fue a la enfermería a regalárselo. El enfermo, al ver el racimo abrió los ojos sobresaltado al ver su gran tamaño, y el portero le dijo:- Hermano Matías, me han regalado este racimo, pero pensando en tu enfermedad y sabiendo que no te apetece comer nada, quizás estas uvas te abran el apetito-. El hermano Matías le agradeció de corazón que se hubiese acordado de él, diciéndole que si se moría le tendría muy presente cuando estuviera en el Cielo con Nuestro Señor.
Pedro le buscó una fuente donde le colocó el racimo para que fuera picando cuando gustara. Dejándolo solo, se fue para la portería pensando en la obra que había hecho por su hermano Matías. El enfermo cogió el racimo como pudo e iba a dar buena cuenta de él, pero pensó que si lo dejaba haría un buen sacrificio para remisión de sus pecados y bien de su alma y decidió no comerlo y dárselo al hermano enfermero, que le atendía con tanta caridad y se desvivía por él por las noches.
Llamó al hermano enfermero y este pensó que le sucedía algo, por la insistencia en que le llamaba.- Hermano Esteban, me ha traído el hermano Pedro este racimo para que lo degustara pensando en mi enfermedad, pero pensé que, ya que no me entra nada en el estómago y pudiérase que me hiciera daño he pensado que te lo comas tú, que te portas tan bien conmigo-. El Hermano Esteban insistía en que lo intentara comérselo pero cuanto más insistía el enfermero mas lo rechazaba el enfermo. Este decidió comérselo en su celda dándole las gracias por tan precioso regalo. Y mientras caminaba hacia su celda, pensó que mejor que comérselo él, se lo daría al Hermano cocinero que bien se esmeraba para que todos lo frailes comieran lo poco que les llegaba de la huerta y de donativos. Bajó a la cocina y encontrándose con Buenaventura el hermano cocinero y topándose de bruces con él y el racimo le dijo:- mira, lo que me han regalado, pero te lo regalo a ti para que saborees estas uvas tan hermosas, como hermoso es tu corazón, el hermano Buenaventura - quitándole importancia a lo que decía, le insistió que se lo diera mejor al prior ya que era tan responsable con la comunidad. Y así fue pasando el racimo de hermano en hermano por todo el convento, hasta que llegó de nuevo a la portería donde el hermano portero, extrañado y perplejo por el suceso decidió que no diera más vueltas el racimo de uvas, y ni corto ni perezoso se lo comió con tal gusto que le pareció las uvas más sabrosas que jamás hubiera comido.

Cuando miras por el bien de los demás y dejas lo tuyo para ayudar otros, el Señor te lo devuelve colmado y no el 20 ni el 30 sino el ciento por uno.

viernes, 26 de marzo de 2010

EL PERRITO COJO


El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía:
"Cachorritos en venta".
Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando:
"¿Cuál es el precio de los perritos?"
El dueño contestó: "Entre $30 y $50". El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:
"Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?". El hombre sonrió y silbó.

De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. "¿Qué le pasa a ese perrito?", preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!".
Y el hombre replicó:
"No, tú no vas a comprar ese cachorro. Si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se disgustó y mirando directo a los ojos del hombre le dijo:
"Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo".
El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".
El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:
"Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".
El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo:
"Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente.

YO QUISIERA SER


Yo quisiera ser

plato de sopa caliente para el mendigo,

sonrisa joven para el anciano,

mano blanca que estrecha la del hermano de color,

voz que tranquiliza en el miedo de la noche,

palabra de consuelo para secar una lágrima,

palabra de amor que desarma,

brisa marina en la frente del drogadicto,

un barrote de menos para el prisionero,

humilde flor en una choza,

Viento cálido en la tundra,

lluvia fina en el desierto,

y para quien desee ascender, querría ser escalera.

miércoles, 24 de marzo de 2010

"EL CIRCULO DEL 99"


Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente que era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mandó a llamar.
- Paje, le dijo - ¿Cuál es el secreto?
- ¿Qué secreto, Majestad?
- ¿Cuál es el secreto de tu alegría?
- No hay ningún secreto, Alteza.
- No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
- ¿Por qué estás siempre alegre y feliz? Eh, ¿porqué?
- Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además, su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Cómo no estar feliz?
- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
- Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...

- ¡Vete, vete antes de que llame al verdugo!

El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos.
Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
- ¿Porqué él es feliz?
- Ah, Majestad, lo que sucede es que él esta fuera del círculo.
- ¿Fuera del círculo?
- Así es.
- ¿Y eso es lo que lo hace feliz?
- No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.
- Así es.
- ¿Y cómo salió?
- Nunca entró
- ¿Qué círculo es ese?
- El círculo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada.
- La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los hechos.
- ¿Cómo?
- Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
- Eso, obliguémoslo a entrar.
- No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
- Entonces habrá que engañarlo.
- No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito.
- ¿Solito? ¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
- Si se dará cuenta.
- ¡Entonces no entrará!
- No lo podrá evitar.
- ¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?
- Tal cual Majestad; ¿está dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?

- Sí.
- Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos.
- ¡99! ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
- Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche..
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la casa del paje.
Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste."

Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban, para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados y cerró la puerta.

El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él.

El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco... y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60... hasta que formó la última pila: ¡¡99 monedas!!. Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más; luego en el piso y finalmente en la bolsa.
"No puede ser", pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era mas baja.
- Me robaron -gritó- ¡¡me robaron, malditos!!
Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro... sólo 99.

- "99 monedas. Es mucho dinero", pensó. - "Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo" -pensaba- "Cien es un número completo pero noventa y nueve, no."

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña.
Tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.

¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después, quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un
hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario.

Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo! Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender.

Vender... Vender... Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno, para qué mas de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99.

Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.
- ¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo.
- Nada me pasa, nada me pasa.
- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
- Hago mi trabajo, ¿no? ¿Que querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

"DAR Y RECIBIR"


Un día, un hombre sabio y piadoso clamó al cielo por una respuesta. El hombre aquel encabezaba un grupo de misioneros que oraban por la paz del mundo, para lograr que las fronteras no existieran y que toda la gente
viviera feliz. La pregunta que hacían era: ¿Cuál es la clave, Señor, para que el mundo viva en armonía?
Entonces, los cielos se abrieron y después de un magnifico estruendo, la voz de Dios les dijo: Comodidad

Todos los misioneros se veían entre si, sorprendidos y extrañados de escuchar tal término de la propia voz de Dios. El hombre sabio y piadoso preguntó de nuevo: ¿Comodidad Señor? ¿Qué quieres decir con eso?
Dios respondió: La clave para un mundo pleno es: Como di, dad. Es decir, así como yo les di, dad vosotros a vuestro prójimo. Como di, dad vosotros fe; como di, dad vosotros esperanza; como di, dad vosotros caridad; como di, sin limites, sin pensar en nada mas que dar, dad vosotros al mundo... y el mundo, será un paraíso. Sigamos la clave de COMO DI, DAD



DAR Y RECIBIR

Cuando alguien te de una rama con espinas, en vez de tomarla con indignación y correr el riesgo de pincharte las manos, recíbela con serenidad y plántala en el jardín de tu vida. Mas, cuando recojas las rosas, no te olvides de mandar por lo menos una para ese alguien. Al fin de cuentas, fue ese alguien quien te dio la rama.

Cuando alguien te dé un puntapié, en vez de devolvérselo, recuerda que diste un paso al frente, en tanto que él quedó un paso atrás.

Cuando alguien te grite, no respondas con otro grito, para no correr el riesgo de quedarte también ronco.

Cuando alguien te escupa, recuerda que un poco de agua y saliva harán que quedes aún más limpio que antes, mientras que el escupidor perdió un poco de saliva que actuaría benéficamente en su digestión.

Cuando al fin, alguien se ría de ti, sonríe a ese alguien. Al final, él precisa mucho una sonrisa.

"TODOS TENEMOS GRIETAS"


Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.


Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".

El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino; pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.


El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas, y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza"

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados...

Dedicado a todos mis amigos, que aprovechan sus grietas para hacer crecer hermosos jardines...

martes, 23 de marzo de 2010

PEDALEA


La vida es como andar en bicicleta, … te caes, sólo si dejas de pedalear.

Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Era como un presidente, reconocía su foto cuando la veía, pero realmente no lo conocía.

Pero luego reconocí a mi Poder Superior; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos plazas, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear.

No sé cuando sucedió, no me di cuenta cuándo fue, que Él sugirió que cambiáramos de lugares. Lo que sí sé es que mi vida no ha sido la misma desde entonces.

Mi vida con Dios es muy emocionante. Cuando yo tenía el control, yo sabía a dónde iba. Era un tanto aburrido, pero predecible. Era la distancia más corta entre dos puntos. Pero cuando Él tomó el liderazgo, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él sólo me decía: "¡Pedalea!"

Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba, "¿A dónde me llevas?" Él sólo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar en Él.

Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía "estoy asustado", Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano.

Él me llevó a conocer gente con dones, dones de sanidad y aceptación, de gozo. Ellos me dieron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mío.

Y allá íbamos otra vez. Él me dijo: "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, mucho peso extra". Y así lo hice... a la gente que conocimos, encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera.

No confié mucho en Él al principio, en darle el control de mi vida. Pensé que la echaría a perder, pero Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en bici... secretos.

Él sabía como girar para dar vueltas cerradas, saltar para librarnos de obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos.

Y ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los más extraños lugares. Estoy aprendiendo a disfrutar de la vista y de la suave brisa en mi cara y sobre todo de la increíble y deliciosa compañía de mi Dios.

Y cuando estoy seguro que ya no puedo más, Él sólo sonríe y me dice: "¡Pedalea!"

LA CARRETA


Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
- ¿Además del cantar de los pájaros, escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta.
- Eso es - dijo mi padre- Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre.: - ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió: - Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace.

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y menospreciando a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas.
Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Y nadie está más vacío que aquel que está lleno de egoísmo, de un supuesto Mi Mismo.

lunes, 22 de marzo de 2010

LA MADUREZ


Madurez es la habilidad de controlar la ira y resolver las
discrepancias sin violencia o destrucción.

Madurez es cuando aprendemos a no prejuzgar, no juzgar, no criticar, no participar en los rumores falsos que contaminan nuestra alma.

Madurez es poner en práctica las enseñanzas de la vida recibidas que nos lleve a la verdadera felicidad.

Madurez es tener una gran intuición y hacer a un lado todo aquello que nos manipule o afecten a nuestras vidas.

Madurez es paciencia. Es la voluntad de posponer el placer inmediato en favor de un beneficio a largo plazo.

Madurez es perseverancia, es la habilidad de sacar adelante un proyecto o una situación a pesar de fuerte oposición y retrocesos decepcionantes.

Madurez es humildad. Es ser suficientemente grande para decir “me equivoqué” y, cuando se está en lo correcto, la persona madura no
necesita experimentar la satisfacción de decir “te lo dije”.

Madurez es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los inmaduros pasan sus vidas explorando posibilidades para al fin no
hacer nada.

Madurez significa confiabilidad, mantener la propia palabra, superar la crisis.

Los inmaduros son maestros de la excusa, son los confusos y desorganizados. Sus vidas son una confusión de promesas rotas,
amigos perdidos, negocios sin terminar y buenas intenciones que nunca se convierten en realidades.

“Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar“.

Envejecer es obligatorio, madurar es opcional.

LA SILLA


La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el sacerdote llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.

- "Supongo que me estaba esperando", le dijo.
- "No, ¿quién es usted?", dijo el hombre.
- "Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo".
- "Ah sí, la silla", dijo el hombre enfermo, ¿le importa cerrar la puerta? El sacerdote sorprendido la cerró. "Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, ..., pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y me salió por el otro, pues no tengo idea de como hacerlo. Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mi hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas: te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante de ti. No es algo alocado el hacerlo pues Él nos dijo: "Yo estaré siempre con vosotros". Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora"."Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces". Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija.... pues me internaría de inmediato en el manicomio."

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo, y que no dejara de hacerlo. Luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su parroquia. Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó:

-"¿Falleció en paz?"
-"Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño respecto a su muerte, pues aparentemente, justo antes de morir, se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?"
El sacerdote se secó las lágrimas de emoción y le respondió: "Ojala que todos nos pudiésemos ir de esa manera..."

¿DE QUÉ ME QUEJO CUANDO ME QUEJO?


Hoy, en un ómnibus,

ví una chica con cabello dorado

y deseé ser tan rubia como ella.

Cuando de pronto se levantó para irse

ví que cojeaba por el pasillo,

Tenía una sola pierna y usaba muleta

Pero cuando pasó, sonreía.



Oh, Dios, perdóname cuando me quejo,

Tengo dos piernas, el mundo es mío.

Me detuve para comprar caramelos,

El muchacho que los vendía era tan encantador,

Conversé con él, parecía tan contento,

Si llegaba tarde no me preocupaba.

Y mientras me iba, dijo

"Gracias, has sido tan amable,

Es lindo conversar con gente como tú, sabes, soy ciego".

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.

Tengo dos ojos, el mundo es mío.

Más tarde, cuando iba caminando por la calle

Vi un chico de ojos azules,

Se paró y miraba a otros jugar,

No sabía qué hacer.

Me detuve un momento y luego dije:

"¿Por qué no te unes a los otros, querido?"

Siguió mirando hacia delante sin decir ni una palabra.

Entonces me dí cuenta que no podía oír.

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo

Tengo dos oídos, el mundo es mío.

Con pies que me llevan a donde quiero ir.

Con ojos para ver el brillo del sol.

Con oídos para oír lo que sé.

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.

En verdad he sido bendecido, el mundo es mío.

¡¡¡¡ Este poema es sólo para recordar lo mucho que tenemos que agradecer !!!!

Da lo mejor al mundo y lo mejor volverá a ti.

domingo, 21 de marzo de 2010

EL ANILLO DE COMPROMISO


Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuviera. El joyero le presentó uno. La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.

El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo ¿Se va usted a casar pronto? - Le preguntó el joyero. No - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia. La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.

Es para mi mamá -dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas; pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos.

Fue padre y madre para mí. Fue mi amiga, mi hermana y mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. Quizá después entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo.

El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía nada más que a los clientes importantes.

REFLEXIÓN

Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas.

Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.

Tenemos más medicinas, pero menos salud.

Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.

Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.

Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.

Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.

Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.

Estos son tiempos con mas libertad, pero menos alegría.

Con más comida, pero menos nutrición.

Son días en los que quizás llegan dos sueldos, pero entran los divorcios.

Son tiempos de casas mas lindas, pero más hogares rotos.

No guardes nada "Para una ocasión especial", porque cada día que vives es una ocasión especial.

Lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.

Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos.

Come tu comida preferida y visita los sitios que ames.

La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.

Usa tus copas de cristal; no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo. Las frases "Uno de estos días", "algún día", quítalas de tu vocabulario. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir "uno de estos días".

Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos.

Por eso no retardes nada que agregue risa y alegría en tu vida. Cada día, hora, minuto, es especial

sábado, 20 de marzo de 2010

SACUDETE Y SUBE


Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca. El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.

El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y les pidió que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.

Al principio, la mula se puso histérica. Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una pala de tierra cayera sobre sus lomos.... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA! Esto hizo la mula palazo tras palazo. SACÚDETE Y SUBE. Sacúdete y sube. Sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.

No importaba cuan dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIENDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso. Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso les alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo. La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.

¡ASI ES LA VIDA!
Si enfrentamos nuestros problemas y respondemos positivamente, y rehusamos dar lugar al pánico, a la amargura, y las lamentaciones de nuestra baja autoestima, las adversidades, que vienen a nuestra
vida a tratar de enterrarnos, nos darán el potencial para poder salir beneficiados y bendecidos!

LAS CAJAS


Tengo en mis manos dos cajas que Dios me dio a guardar.
Me dijo: Pon tus tristezas en la negra, y todas tus alegrías en la dorada.
Seguí estas palabras y en ambas cajas tristezas y alegrías guardé respectivamente.

A pesar de que la dorada se hacía más pesada día con día, la negra era tan ligera como antes...

Lleno de curiosidad, abrí la caja negra para ver lo que ocurría, y vi en el fondo de la caja un agujero por donde mis tristezas habían desaparecido.

Se la mostré a Dios y le dije:
Me pregunto ¿dónde están mis tristezas?
Y con una tierna sonrisa me respondió:
"Hijo mío, todas ellas están aquí conmigo".

Le pregunté: Dios mío, ¿por qué me diste las cajas?
¿Por qué la dorada, y la negra con agujero?

Y él me respondió: "Hijo mío, la dorada es para que tomes en cuenta todas tus bendiciones, la negra es para que puedas olvidar".

viernes, 19 de marzo de 2010

CONSERVA TU TENEDOR


Una mujer, a quien le habían diagnosticado una enfermedad terminal y le habían dado tres meses de vida estaba poniendo sus cosas "en orden". Le pidió al sacerdote que fuera a su casa para discutir ciertos aspectos de sus deseos finales. Le dijo qué canciones quería que cantaran en su funeral, qué lecturas le gustaría que leyeran y con qué ropas querría ser enterrada. También pidió que la enterraran con su Biblia favorita. Cuando el sacerdote estaba preparándose para irse, de pronto la mujer recordó algo muy importante para ella y dijo: "hay una cosa más". "¿Qué es?", preguntó el sacerdote. "Esto es muy importante", continuó la mujer, "quiero que me entierren con un tenedor en la mano derecha".

El sacerdote se quedó parado mirando a la mujer sin saber qué decir.

- "Esto le sorprende, ¿no?", dijo la mujer.

- "Bueno, para ser honesto, estoy extrañado por su petición", dijo el sacerdote.

La mujer explicó: "recuerdo que en todos los años de concurrir a comidas en la iglesia, cuando se retiran las fuentes del plato principal, alguien inevitablemente dice ‘conserva tu tenedor’. Era mi momento favorito porque sabía que algo mejor venía... como torta de chocolate o pastel de manzana, algo maravilloso y sustancial. De modo que quiero que la gente me vea en mi ataúd con un tenedor en la mano y quiero que pregunten: ‘¿Para qué es el tenedor?’. Entonces quiero que por favor les diga: ‘Conserva tu tenedor.... aún falta lo mejor.’

"Los ojos del sacerdote se llenaron de lágrimas de alegría cuando se despidió de ella. Sabía que era una de las últimas veces que la vería antes de morir. Pero también sabía que la mujer entendía mejor que él lo que era la Gloria. Ella sabía que algo mejor venía.

En el funeral, la gente que se acercaba al ataúd veía el vestido que más le gustaba, su Biblia favorita y el tenedor en la mano derecha. Una y otra vez el sacerdote escuchaba la pregunta "¿Para qué es el tenedor?" y él sonreía. Durante su mensaje, el sacerdote les contó la conversación que había tenido con la mujer poco tiempo antes de morir. También les contó sobre el tenedor y lo que simbolizaba para ella; les contó cómo él no podría dejar de pensar en el tenedor y quizás ellos tampoco podrían hacerlo. Tenía razón.

De modo que la próxima vez que tomes un tenedor, deja que te recuerde muy suavemente que aún falta lo mejor.

LA RANA INSISTENTE


Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor el hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas ya que no saldrían.


Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inutiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió.

La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido seguir luchando. Pero la rana saltaba cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.

Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritamos". La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Moraleja:
1. La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo.
2. Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruirlo. Tengamos cuidado con lo que decimos.

3. Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.


Una referencia relacionada:

" En los Estados Unidos de América, en la NASA, hay un póster muy lindo de una abeja, el cual dice así:
"Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no esta hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe"

miércoles, 10 de marzo de 2010

LOS NIÑOS

LOS NIÑOS


Los niños vienen en todos tamaños, pesos y colores surtidos.
Se les encuentra dondequiera: encima, debajo, dentro, trepando, corriendo, saltando.
Las mamás los adoran. Las niñas los odian y las hermanas y hermanos mayores los toleran; los adultos los desconocen y el cielo los protege. Un niño es la verdad con la cara sucia, la sabiduría con el pelo desgreñado, la esperanza del futuro con una rana en el bolsillo.


Un niño tiene el apetito de un caballo, la digestión de un tragaespadas, la energía de una bomba atómica, la curiosidad de un gato, los pulmones de un dictador, la imaginación de Julio Verne, la timidez de una violeta, la audacia de una trampa de acero, el entusiasmo de una chinampina, y cuando hace algo, tiene cinco mil pulgares en cada mano.


Les encantan los dulces, las navajas, las sierras, la Navidad, los libros con láminas, el chico de los vecinos, el campo, el agua (en sus estados naturales), los animales grandes, papá, los trenes, los domingos por la mañana y los carros de bomberos.


Les desagradan las visitas, la doctrina, la escuela, los libros sin láminas, las lecciones de música, las corbatas, los peluqueros, las muchachas, los abrigos,
los adultos y la hora de acostarse.


Nadie más que él se levanta tan temprano ni se sienta a comer tan tarde. Nadie más puede embutirse en el bolsillo un cortaplumas oxidado, una fruta mordida, medio metro de cordel, un saquito de tabaco vacío, caramelos, seis monedas, una honda, un trozo de sustancia desconocida y un auténtico anillo supersónico con un compartimiento secreto.


Un niño es una criatura mágica; Usted puede cerrarle la puerta del cuarto donde guarda la herramienta, pero no puede cerrarle la puerta de su corazón; puede echarlo de su estudio, pero no puede echarlo de su pensamiento. Todo su poderío se rinde ante él. Es un carcelero, su amo, su jefe…


El, un manojito de ruido, carita sucia; pero cuando Usted llega a su casa por la noche,
Con sus ambiciones y esperanzas hechas pedazos,
Él puede remediarlo todo con dos palabras mágicas:

“HOLA PAPITO”

LAS NIÑAS


LAS NIÑAS

Una niña nace con una aureola de brillo angelical del que siempre queda el suficiente
halo de luz para cautivarnos el corazón, aunque se siente en el lodo,
llore a todo volumen, haga una rabieta o camine por la banqueta presumiendo,
después de haberse puesto las ropas y zapatos de mamá.

Ella puede ser la más cariñosa del mundo y también la más necia.
Se le encuentra brincando, produciendo toda clase de ruidos que ponen los nervios de punta; cuando se le llama la atención se queda quietecita, humilde y con un brillo angelical en los ojos. Ella es la inocencia jugando en la tierra, la belleza echando maromas y también la más dulce expresión del amor materno cuando acaricia y duerme a su muñeca.

Las niñas vienen en cinco colores: negro, blanco, rojo, amarillo y café… lo curioso es que siempre usted obtiene su color favorito. Hay millones de niñas pequeñas
y cada una tan preciosa como una finísima joya.

Cuando las crea Dios, utiliza una parte de la materia prima de muchas de sus criaturas:
Usa del ruiseñor los cantos, de la mulita la terquedad, del chango las monerías, los brincos del chapulín, la curiosidad y suavidad del gato, de la gacela la ligereza, de la zorra la astucia y a todo eso le añade la mente incomprensible y misteriosa de la mujer.

Le agradan los zapatos nuevos, las muñecas, los helados, los vestidos domingueros, las cosas para adornarse el pelo, el jardín de los niños, los pajaritos, la niña del vecino, jugar a la casita y la tiendita, las lecciones de baile, los libros de iluminar, el polvo, los perfumes y los días de campo… no le gustan los perros grandes, los niños, ni que le peinen el pelo.

Es la más ruidosa cuando Usted está pensando en sus problemas, la más bonita cuando le ha hecho despertar, la más ocupada a la hora de dormir, la más seria e intratable cuando Usted quiere que luzca frente a las visitas y la más coquetuela cuando Usted ha resuelto que, definitivamente, otra vez no volverá a salirse con la suya. Nadie le da mayores aflicciones o alegrías, disgustos o satisfacciones o el más legítimo orgullo; sólo puede hacerlo una mezcla rara de Caperucita Roja y el Ratón Miguelito.

Puede desarreglarle sus papeles de trabajo, el pelo, la cartera; hacerlo perder inútilmente tiempo y dinero y, precisamente, en ese momento aparece con su aureola angelical. Como por encanto se borra todo disgusto. A veces le parecerá una calamidad que lo desespera, lo pone nervioso con sus ruidos y travesuras; pero cuando Usted siente que sus esperanzas están a punto de derrumbarse y parece que se le cierra el mundo y llega a pensar que es un tonto que merece fracasar, ella lo convierte en un rey cuando se sienta sobre sus rodillas,
lo abraza, lo besa tiernamente y le dice muy quedito:

“PAPITO, TE QUIERO MUCHO”

lunes, 8 de marzo de 2010

MI BUSQUEDA NO ES SENCILLA

Mi búsqueda no es sencilla…

He encontrado a mi paso, amigos, enemigos, conocidos, científicos, intelectuales, pacifistas, pero aún continúo mi pesquisa por lo que yo deseo; es solamente “el hombre”.

“Un hombre” que no tema a la ternura, que se atreva a ser débil cuando necesite detenerse a recobrar fuerzas para la lucha diaria; que no piense que al amarme lo derroto, o que al amarlo me aniquila.

“Un hombre” que me proteja de los demás y de mí misma, que conociendo mis errores, los acepte y me ayude a corregirlos.

“Un hombre” que quiera y sepa reconocer mis valores espirituales y sobre ellos pueda construir todo un mundo, que nunca me rebaje con sus trato.

“Un hombre” que con cada amanecer me ofrezca una ilusión, que aliente nuestro amor con toda delicadeza, para que una flor entregada con un beso tenga más valor que una joya.

“Un hombre” con el que pueda hablar, que sepa escuchar, que jamás corte el puente de comunicación y antes que me atreva a decir cuánto pienso sin temor de que me juzgue y se ofenda y que sea capaz de decírmelo todo, incluso que no me ama.

“Un hombre” que tenga siempre los brazos abiertos para que yo me refugie en ellos cuando me sienta amenazada e insegura, que conozca su fortaleza y mi debilidad; pero que jamás se aproveche de ello.

“Un hombre” que tenga abiertos los ojos a la belleza, a quien domine el entusiasmo y ame intensamente la vida, para quien, cada día sea un regalo inapreciable que hay que vivir plenamente aceptando el dolor y la alegría con igual serenidad.

“Un hombre” que sepa ser siempre más fuerte que los obstáculos, que jamás se amilane ante la derrota y para quien los contratiempos sean más estímulos que adversidad, pero que esté tan seguro de su poder que no se sienta en la necesidad de demostrarlo a cada minuto en empresas absurdas para probarlo.

“Un hombre” que no sea egoísta, que no pida lo que no se ha ganado, pero que siempre haga esfuerzos para tener lo mejor porque lo ha ganado.

“Un hombre” que goce dando y sepa recibir.

“Un hombre” que se respete a sí mismo, porque así sabrá respetar a los demás; que jamás recurra a la burla ni a la ofensa, que más rebajan a quien las hace que a quien las recibe.

“Un hombre” que no tenga miedo de amar, ni se envanezca porque es amado, que goce cada minuto como si fuera el último, que no viva esperando el mañana que tal vez nunca llegue.

… Cuando lo encuentre, le entregaré mi vida y mi compañía para amarlo intensamente.

LA MANSION ETERNA


La mansión eterna

Un día una señora falleció y llego al cielo allí junto a las mas de 100 mil personas que diariamente mueren, estaba haciendo fila para saber cual sería su destino eterno.  
 
De pronto apareció San Pedro y le dijo: Vénganse conmigo y les mostrare en que barrio esta la casa que le corresponde a cada uno, ello dependerá de la cantidad de amor que cada cual haya ofrecido a la tierra a los demás, aquí la única cuota inicial que se recibe para su habitación eterna es la caridad y el buen trabajo que hayan dado en la tierra y los fue guiando por barrios de lujo, como ella jamás pensó que pudiera existir. 

Llegaron a un barrio hecho todo de oro, casas de oro, puertas doradas, paredes y techos de oro, una maravilla, y San Pedro exclamó, aquí todos los que gastaron mucho dinero en ayuda a los necesitados, los que su amor hacia los demás si les costo en vida, y fueron entrando todos los generosos los que partieron el pan con el hambriento, los que regalaron sus vestidos a los pobres, consolaron a los presos y visitaron enfermos, la señora quiso entrar, pero un ángel la detuvo al tiempo que decía perdóneme pero usted en la tierra no dio ni migajas a los demás, jamás dio nada que en verdad costara ni en tiempo ni en dinero, ni tampoco vestido. Este barrio es solamente para los de corazón generoso, y no la dejo entrar. 

Pasaron luego a otro barrio de la eternidad, todas las casas estaban construidas en marfil todo blancura y elegancia nunca vista la señora se apresuro a entrar en tan hermoso barrio pero un ángel guardián la tomo del brazo y le dijo: Me da pena señora pero este barrio es solamente para aquellos que tuvieron un trato limpio y sincero hacia los demás usted era una persona muy corriente en el hablar, dura, criticona y a veces hasta grosera en su trato; y mientras los demás estaban gozosos en tomar posesión de sus lujosas casas, la pobre mujer se quedaba afuera mirando con envidia a aquellos que habían sido afortunados ella no pudo entrar, le faltaba la cuota inicial haber tratado bien a los demás. 

Siguieron luego a un tercer barrio, todo era del más puro cristal, todo brillante y hermoso, la señora corrió a tomar posesión de una de aquellas maravillas pero el ángel portero la detuvo y le dijo muy serio en su pasaporte dice que usted no se intereso ni poco, ni mucho por instruir a los demás y usted nunca se preocupó porque las personas con las que usted vivía se volvieran mejores, así que no hay casa para usted, le falta la cuota inicial de haber colaborado para que otros se instruyeran en las cosas del Señor. 

Entristecida, la pobre mujer veía que entraban miles de personas muy alegres a tomar posesión de su casa, mientras ella, con un numeroso grupo de egoístas, era llevada, cuesta abajo hacia un barrio verdaderamente feo y asqueroso, todas las habitaciones estaban construidas de desechos el único material que se había utilizado para la construcción de aquellas casas eran objetos de basura. 

Las lechuzas sobrevolaban por ahí, ratones moraban en aquel lugar, ella se tapo la nariz porque la fetidez era insoportable y quiso salir huyendo. No obstante, el guardián del barrio le dijo muy seriamente: una de estas casas será tu habitación ven a tomar posesión de ella, la mujer gritó angustiada que no, que eso era horrible que jamás sería capaz de vivir en semejante montón de basura y el ángel le respondió: señora, esto es lo único que hemos podido construir con la cuota inicial que usted envió desde la tierra, las habitaciones de la eternidad las hacemos con los materiales que las personas mandan desde el mundo, usted solamente enviaba cada día egoísmo, malos tratos a los demás murmuraciones, críticas, palabras hirientes, odios, tacañería y envidia, ¿que más hubiera podido construirle? Usted misma nos mandó el material para construirle su mansión, la mujer empezó a llorar y a decir que ella no quería vivir ahí y de pronto al hacer un esfuerzo para zafarse de las manos de quien quería hacerle vivir en semejante casa dio un salto...... y se despertó! Tenía la almohada empapada en lágrimas sin embargo aquella pesadilla le sirvió de examen de conciencia y desde entonces empezó a cambiar su vida y el material que enviaba como cuota inicial para la construcción de su casa eterna. 

Te has preguntado ¿qué clase de materiales esta enviando para que le construyan la casa donde vivirá eternamente? 
Aún estamos a tiempo de cambiar el tipo de material de nuestra cuota inicial, empecemos a amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos.

Memorandum de Dios

Memorándum de Dios
Para: Ti
De: Dios
Pide consejo.
Escucho tu lamento.
Éste atraviesa la oscuridad, se filtra entre las nubes, se mezcla con la luz de las estrellas, y encuentra su camino hacia mi corazón montado en un rayo del sol.
Me he angustiado al escuchar el lamento de una liebre atrapada en el cepo, por el gorrión que ha caído de su nido, por un niño que yace en una charca, o por el hijo que derrama su sangre en una cruz. Sabe también que te escucho. Está en paz. Está tranquilo. Tengo consuelo para tu pena, ya que conozco su causa... y su cura.
Lloras por todos tus sueños infantiles que se han desvanecido con los años. Lloras por tu dignidad que ha sido corrompida por el fracaso. Lloras porque tu potencialidad ha sido cambiada por seguridad. Lloras por toda su individualidad que ha sido pisoteada por la gente. Lloras por todo tu talento que ha sido desperdiciado por el mal uso.
Te consideras desgraciado y te volteas aterrado a causa de la imagen que ves en el estanque. ¿Quién es esta mofa humana que te observa con insensibles ojos de vergüenza?
¿En dónde está la gracia de tus modales, la belleza de tu figura, tu agilidad de movimientos, tu claridad de pensamiento, el esplendor de tu conversación? ¿Quien se robó tus bienes? ¿Conoces la identidad del ladrón, como la conozco yo? En una ocasión posaste la cabeza en una almohada de hierba en el campo de tu padre y observaste una catedral de nubes y supiste que, a su tiempo, todo el oro de Babilonia sería tuyo. En una ocasión leíste muchos libros y escribiste muchas cuartillas, convencido, sin temor a equivocarte, que igualarías y superarías toda la sabiduría de Salomón. Y las estaciones desembocarían en los años hasta la eternidad; serías el rey supremo en tu propio paraíso.
¿Recuerdas quien implantó en tu ser aquellos planes, sueños y semillas de esperanza? No puedes recordarlo. No recuerdas ese momento en el cual emergiste del vientre de tu madre y posé mi mano sobre tu suave frente. ¿Y el secreto que, murmure en tu pequeño oído cuando te concedí mis bendiciones? ¿Recuerdas nuestro secreto?
No puedes recordarlo. El paso de los años ha destruido tus recuerdos, ya que ha llenado tu mente con el miedo, la duda, la ansiedad, el remordimiento, el odio, porque no hay lugar para los recuerdos agradables en donde habitan estas bestias. No llores más. Estoy contigo... y este momento es la línea divisoria de tu vida. Todo eso que ha tenido lugar antes no fue más que un lapso parecido al que pasaste durmiendo en el vientre de tu madre. Lo pasado está muerto. Permite que los muertos entierren a sus muertos.
En este día regresas de tu muerte viviente. Este día, al igual que Elías con el hijo de la viuda, me extiendo sobre ti tres veces y te devuelvo la vida. En este día, al igual que Eliseo, con el hijo de la sunamita, pongo mi boca sobre la tuya, mis ojos sobre los tuyos y mis manos sobre tus manos, y tu carne recobra el calor. En este día, al igual que Jesús en la tumba de Lázaro te ordeno que salgas de tu sepultura para empezar una nueva vida. Este es tu aniversario. Esta es tu nueva fecha de nacimiento. Tu primera vida, al igual que en una obra de teatro era solamente un ensayo. Esta vez el telón está subido. Esta vez el mundo observa y espera para aplaudir. Esta vez no fallarás. Enciende tus velas. Comparte tu pastel. Sirve el vino. Has renacido, Al igual que una mariposa al salir de su crisálida, volarás... vuela tan alto como desees, y ni las avispas ni las libélulas ni las cadenas de la humanidad obstaculizarán tu misión o búsqueda de las verdaderas riquezas dé la vida. Siente mi mano sobre tu cabeza. Atiende a mi sabiduría. Déjame compartir contigo, otra vez, el secreto que escuchaste a la hora de tu nacimiento y que has olvidado. Tú eres el milagro más grande. Eres el milagro más grande del mundo. Ésas fueron las primeras palabras que escuchaste. Después lloraste. Todos lloran. Entonces no me creíste... y nada que corrija tu incredulidad ha pasado en los años intermedios. ¿Cómo podrías ser un milagro cuando te consideras un fracaso hacia las tareas más sencillas? ¿Cómo puedes ser un milagro cuando tienes poca confianza para manejar la más trivial de las responsabilidades? ¿Como es posible que seas un milagro cuando llega a estremecerte la duda y permaneces alerta sobre cómo obtener el alimento de mañana? Es suficiente. La leche que se derrama es amarga. Sin embargo, ¿cuántos profetas, cuántos sabios, cuantos poetas, cuantos artistas, cuántos compositores, cuántos científicos, cuántos filósofos y mensajeros he enviado para que te hablaran de tu divinidad, de tu potencialidad para asemejarte a mí, y los secretos para lograrlo? ¿Cómo les trataste?
Sin embargo, te sigo amando y estoy contigo ahora a través de estas palabras, para cumplir con el profeta que anuncia que el Señor posará nuevamente su mano, por segunda ocasión, para recuperar los indicios de su pueblo.
He posado mi mano nuevamente. Esta es la segunda vez. Eres mi indicio.
Es inútil preguntar, ¿no sabías, no escuchaste, no se te dijo desde el principio? ¿No entendiste la creación de la Tierra?
No has sabido; no has escuchado; no has entendido. Se te ha dicho que eres una divinidad en desgracia, un dios que juega a hacer el tonto. Se te ha dicho que eres una pieza especial del trabajo, noble en razón, infinito en facultades, expreso y admirable en forma y movimiento igual que un ángel en acción, como un dios encarcelado.
Se te ha dicho que eres la sal de la tierra.
Se te dio hasta el secreto para mover montañas, para realizar lo imposible.
No le creíste a nadie. Quemaste tu mapa de la felicidad; abandonaste tu derecho a tener paz mental; apagaste las velas que habían sido colocadas a lo largo de tu ruta hacia la gloria, y después vacilaste, perdido y aterrado, en la oscuridad de la futilidad y la autocompasión, hasta que caíste en el infierno que era tu propia creación.
Entonces lloraste y golpeaste tu pecho y maldijiste la suerte que se había adueñado de ti. Rehusaste aceptar las consecuencias de tus propios pensamientos mezquinos e insignificantes acciones, y buscaste un chivo expiatorio a quien culpar de tu fracaso. ¡Con cuanta rapidez lo encontraste! ¡Me culpaste a mí! ¡Gritaste que tus defectos, tus mediocridades, tu falta de oportunidad, tus fallas... eran la voluntad de Dios! ¡Estabas equivocado!
Hagamos un inventario. Primero hagamos la cuenta de tus defectos. ¿Cómo voy a pedirte que construyas una nueva vida si no cuentas con las herramientas? ¿Estás ciego? ¿Sale y se mete el sol sin que tú lo atestigües? No. Puedes ver... y los cien millones de receptores que deposité en tus ojos te permiten gozar de la magia de una hoja, de un copo de nieve, de un estanque, una águila, un niño, una nube, una estrella, una rosa, el arco iris... y la mirada del amor. Anota un don.
¿Estás sordo? ¿Puede reír o llorar un bebé sin que te des cuenta? No. Puedes oír... y los veinticuatro mil filamentos que puse en cada uno de tus oídos vibran con el viento de la
arboleda, con las marcas que chocan contra las rocas, con la majestuosidad de una ópera, con el canto de un petirrojo, con el juego de los niños... y con la palabra te amo. Anota otro don.
¿Eres mudo? ¿Se mueven tus labios y solo emiten saliva? No. Puedes hablar... ninguna otra de mis criaturas puede hacerlo, y tus palabras pueden calmar al enojado, animar al abatido, estimular al cobarde, alegrar al triste, acompañar al solitario, premiar al valeroso, alentar al vencido, enseñar al ignorante... y decir te amo. Anota otro don.
Estás paralítico? ¿Ocasiona tu invalidez que te despojen de tu tierra? No. Te puedes mover. No eres un árbol condenado a una pequeña porción de tierra, mientras el mundo y el viento abusan de ti. Puedes pasear, correr, bailar y trabajar, ya que dentro de tu ser he diseñado quinientos músculos, doscientos huesos y siete mil nervios que están sincronizados para obedecerte. Anota otro don.
¿Ni amas ni te aman? ¿Te oprime la soledad día y noche? No. Jamás. Ahora conoces el secreto del amor, que consiste en que para recibir amor debe entregarse sin reciprocidad. Amar por satisfacción u orgullo, no es amar. El amor es un regalo por el cual no se exige nada a cambio. Ahora sabes que el amar sin egoísmo es su recompensa. Y aun cuando el amor no sea devuelto no está perdido, ya que el amor que no es recíproco regresará a ti y ablandará y purificará tu corazón. Anota otro don. Cuenta doble.
¿Es débil tu corazón? ¿Tiene que luchar y esforzarse para mantenerte con vida? No. Tu corazón es fuerte. Pon tu mano sobre el pecho y siente su ritmo, bombeando hora tras hora, día y noche, treinta y seis millones de latidos al año, año tras año, despierto o dormido, impulsando la sangre a través de cien mil kilómetros de venas, arterias, y que llevan... más de dos millones de litros de sangre al año. El hombre jamás fue creado como una máquina. Anota otro don.
¿Estas enfermo de la piel? ¿Las personas se vuelven horrorizadas cuando te acercas?
No. Tu piel esta limpia y es una maravillosa creación que solo necesita que la cuides con jabón, aceite, cepillo y cariño. Con el tiempo todas las armaduras se oxidarán y aherrumbrarán, no así tu piel. Finalmente, hasta el más fuerte de los metales se deteriorará por el uso, más no la cubierta que he creado a tu alrededor. Se renueva constantemente; las células viejas son remplazadas por las nuevas, de igual forma que tu viejo ser es remplazado por el nuevo. Anota otro don.
¿Se están desbaratando tus pulmones? ¿Lucha un aliento de vida por poder entrar en tu cuerpo?
No. Las puertas a la vida te sostienen hasta en el más vil de los ambientes que tú has creado, y trabajan siempre para filtrar el oxígeno que da la vida a través de seiscientos millones de alvéolos que se encargan de librar a tu cuerpo de los desperdicios gaseosos. Ahora, anota otro don.
¿Esta envenenada tu sangre? ¿Esta diluida por el agua y la supuración? No. En tus cuatro litros de sangre existen veintidós millones de células sanguíneas y dentro de cada célula existen millones de moléculas, y dentro de cada molécula hay un átomo que oscila más de diez millones de veces por segundo. Cada segundo mueren dos millones de tus células sanguíneas para ser remplazadas por dos millones más en una resurrección que ha continuado desde el día de tu nacimiento. De la forma en que esto ha sucedido siempre en tu interior, sucede ahora en tu exterior. Anota otro don.
¿Eres retrasado mental? ¿No puedes pensar por ti mismo? No. Tu cerebro es la estructura más compleja del universo. Lo se. Dentro de sus mil o más gramos hay trece mil millones de células nerviosas, más de tres veces más células que personas habitan tu planeta. Para ayudarte a archivar cada percepción, cada sonido, cada sabor, cada olor, cada acción realizada por ti desde el día en que naciste, he implantado en tus células más de mil trillones de moléculas proteicas. Todos los sucesos de tu vida se encuentran ahí esperando a que los recuerdes. Y, para ayudar a tu cerebro en el gobierno de tu cuerpo, he dispersado en tu organismo cuatro millones de estructuras sensibles al dolor, quinientos mil detectores táctiles y más de doscientos mil detectores de temperatura. Ninguna nación protege sus reservas de oro mejor de lo que tú estas protegido. Ninguna de sus antiguas maravillas está mejor protegida que tu.
Tú eres mi creación más fina. Dentro de tu ser existe la suficiente fuerza atómica para destruir cualquiera de las grandes naciones de tu mundo... y para reconstruirla.
¿Eres pobre? ¿No posees oro ni plata? No. ¡Eres rico! Hemos contado juntos tu riqueza. Analiza la lista. Vuelve a contar. ¡Tasa tus bienes!
¿Por que te has traicionado? ¿Por que gritaste que, todos los dones de la humanidad te habían sido negados? ¿Por que te engañaste pensando que eras débil para cambiar tu vida? ¿Careces de talento, sentidos, capacidades, placeres, instintos, sensaciones y orgullo? ¿Por que te arrastras en las sombras, Como un gigante derrotado, esperando sólo el trasporte hacia la vacía y húmeda bienvenida del infierno?
Tienes demasiadas cosas. Tus dones se derraman de tu copa.. y tú has sido negligente con ellos, como un niño echado a perder por los lujos, debido a que los he implantado en ti con regularidad y generosidad.
Contéstame. Contéstate a ti mismo. ¿Qué hombre rico, viejo o joven, retardado o inútil no cambiaría todas sus riquezas por los dones que tú has tratado tan a la ligera?
Conoce entonces el primer secreto de la felicidad y el éxito... que posees aún ahora, todos los dones necesarios para obtener la gran gloria. Esos son tus tesoros, tus herramientas con las cuales construir, empezando hoy, la base para una nueva y mejor vida.
Por lo tanto, haz como te digo; cuenta tus dones y está consciente de que eres mi creación más grande. Ésta es la primera ley que debes obedecer para realizar el milagro más grande del mundo, el regreso de tu humanidad de la muerte viviente.
Y agradece las lecciones aprendidas de la pobreza. El pobre no es el que tiene poco, sino el que desea mucho... y la verdadera seguridad descansa no en las cosas que uno posee sino en las cosas que puede hacer sin ellas.
¿Dónde están los defectos que ocasionaron tu fracaso? Sólo existen en tu mente.
Cuenta tus dones.
Y la segunda ley se parece a la primera. Ten conciencia de tu individualidad.
Te has condenado a una fosa común, y ahí permaneces, incapaz de perdonar tu propio error, destruyéndote con odio hacia tu ser, autoincriminación, repulsión hacia los crímenes que has cometido contra ti y contra otros.
¿No estas perplejo?
¿No te preguntas por que soy capaz de perdonar tus faltas, tus trasgresiones, tu vergonzoso comportamiento... aun cuando, tú no puedes perdonarte?
Ahora me dirijo a ti por tres razones. Me necesitas. No eres una horda de destrucción dentro de una masa gris de mediocridad. Y... eres una gran rareza.
Analiza una pintura de Rembrandt, o un bronce de Degas o un violín de Stradivarius o una obra de Shakespeare. Son de mucho valor por dos razones: sus creadores eran maestros y son pocos en cantidad. Sin embargo, existe más de uno en cada especialidad,
Siguiendo este razonamiento, eres el tesoro más valioso en la superficie de la tierra, pues sabes quien te creó y no hay nadie como tu.
Nunca ha habido entre los setenta mil millones de seres humanos que han caminado sobre el planeta desde que este fue creado, un ser que haya sido exactamente igual a ti.
Nunca, hasta el fin del mundo, habrá otro igual a ti.
No has mostrado conciencia o aprecio de tu individualidad.
Más, eres una creación única en el mundo.
De tu padre emanaron en su momento de amor supremo, un sinnúmero de semillas de amor, más de cuatrocientos millones. Todas ellas, mientras nadaban dentro de tu madre, entregaron el alma a Dios y murieron. ¡Todas, excepto una! Tu.
Sólo tu perseveraste dentro del amoroso calor del cuerpo de tu madre, buscando tu otra mitad, una sola célula de tu madre, tan pequeña que se necesitarían más de dos millones de estas para llenar una bellota. Sin embargo, a pesar de las imposibilidades, y el vasto océano de oscuridad y desastre, Perseveraste, encontraste la célula infinitesimal, te uniste a ella y empezó una nueva vida. Tu vida.
Llegaste, trayendo contigo, como lo hacen todos los niños, el mensaje que dice que no me he desilusionado del hombre. Dos células, ahora unidas en un milagro. Dos células, cada una con veintitrés cromosomas y en cada cromosoma cientos de genes que regirán cada característica tuya, desde el color de tus ojos hasta el encanto de tus modales y el tamaño de tu cerebro.
Con todas las combinaciones bajo mi gobierno, empezando por ese espermatozoide solitario de entre cuatrocientos millones, de tu padre, hasta los cientos de genes en cada uno de los cromosomas de tus padres podría haber creado trescientos billones de seres, siendo cada uno diferente.
¿Pero, a quien cree?
¡A ti! Único en su clase. Único entre los únicos. Un premio sin precio, poseedor de cualidades en mente, habla, movimiento, apariencia y acciones que nunca tuvo otro ser que haya vivido, viva o viviere.
¿Por que te has valorado en centavos cuando tu valor es comparable a la riqueza de un rey?
¿Por que escuchaste a quienes te menospreciaron?... y, peor aun, ¿por que les creíste?
Recuerda. No sigas escondiendo tu individualidad en la oscuridad. Sácala. Muéstrala al mundo. Esfuérzate por no caminar como tu hermano, ni a hablar como habla tu dirigente, ni a trabajar como trabaja el mediocre. Nunca hagas lo que otro. Nunca imites a nadie. Como ya sabes, no debes imitar al malo, pues el que lo imita, siempre lo supera, mientras que quien imita al bueno siempre se queda corto... No imites a nadie. Sé tú mismo. Muestra al mundo tu individualidad y él te bañará en oro. Ésta es, pues, la segunda ley.
Proclama tu individualidad.
Y ahora has recibido dos leyes.
¡Cuenta tus dones! ¡Proclama tu individualidad!
No tienes trabas. No eres mediocre. Haces una señal afirmativa. Fuerzas una sonrisa. Admites tu propia decepción. ¿Y tu próxima queja? ¿La oportunidad nunca te busca? Acepta el consejo, y esto pasará, ya que ahora te doy la ley del éxito en todo. Hace muchos siglos se dio esta ley a tus antepasados desde la cima de una montaña. Algunos siguieron la ley y se salvaron; sus vidas estaban llenas con el fruto de la felicidad, el cumplimiento, el oro y la paz mental. La mayoría no escuchó, ya que buscaba medios mágicos, rutas tortuosas, o esperó a que el demonio llamado suerte le mandara las riquezas de la vida.
Esperó en vano... igual que tú esperaste, y después lloró, del mismo modo que tú, culpándome por su falta de suerte.
Esta ley es sencilla. joven o viejo, mendigo o rey, blanco o negro, hombre o mujer... todos pueden utilizar el secreto en provecho propio, ya que de todas las normas, pláticas y escritos sobre el éxito y cómo lograrlo, solamente un método nunca ha fallado... si alguien te pide que le acompañes a caminar un kilómetro... acompáñalo dos.
Entonces, esta es la tercera ley... el secreto que producirá riquezas y te proyectará más allá de tus sueños. ¡Sigue adelante otro kilómetro!
El único medio cierto de triunfar es rendir más y mejor de lo que se espera de ti, sin importar de que se trate. Éste es un hábito seguido por todas las personas de éxito desde el principio de los tiempos. Por lo tanto, te digo que el camino más seguro para condenarte a la mediocridad es realizar solamente el trabajo por el que se te paga.
No pienses que te están engañando si rindes más de lo que se te paga, ya que hay un péndulo para toda la vida y lo que trabajes, si no te es recompensado ahora, lo será mañana multiplicado por diez. El mediocre nunca camina otro kilómetro, ya que piensa que no vale la pena seguir adelante. Pero tú no eres mediocre. Caminar otro kilómetro es un privilegio del que debes apropiarte por iniciativa propia. No puedes, no debes evitarlo. El descuido de sólo hacer lo que hacen los demás, y la responsabilidad de tu fracaso son únicamente tuyos.
Ya no puedes servir recibiendo solamente la compensación que en principio será entregada, sin sufrir la pérdida de la recompensa. La causa y el efecto, medios y fines, semilla y fruto, no pueden estar separados. El efecto es la causa, el fin preexiste en los medios y el fruto está siempre en la semilla.
Camina otro kilómetro.
No te preocupes por ti mismo, ya que así servirías a un amo desagradecido. Sírvelo más.
Y en lugar de él, deja que sea yo el que está endeudado, y así sabrás que cada minuto, cada servicio extra, será remunerado. Mientras mayor sea el pago retenido, mejor será para ti... y el interés compuesto en el interés compuesto es el beneficio más grande de la ley.
No puedes ordenar el éxito, sólo puedes merecerlo... y ahora conoces el gran secreto necesario para merecer su extraña recompensa. ¡Camina otro kilómetro!
¿En dónde se encuentra el campo desde el cual gritaste que no existía una oportunidad? ¡Observa! Mira a tu alrededor. Ve que, en donde sólo ayer te revolcabas en la autocompasión, ahora caminas erguido sobre una alfombra de oro. Nada ha cambiado... excepto tú, pero tú lo eres todo.
Eres mi milagro más grande.
Eres el milagro más grande del mundo.
Y ahora las leyes de la felicidad y el éxito son tres.
¡Cuenta tus dones! ¡Proclama tu individualidad! ¡Camina otro kilómetro!
Sé paciente con tu progreso. Para contar tus dones con gratitud, para proclamar tu individualidad con orgullo, para caminar un kilómetro más y después otro, estos actos no pueden hacerse en un abrir y cerrar de ojos. Pues lo que obtienes con mayor dificultad, lo retienes durante más tiempo; como aquellos que ganan una fortuna son más cuidadosos con ella que aquellos que la heredan.
Y no temas entrar a tu nueva vida. Toda adquisición noble se obtiene con sus riesgos. Quien teme encontrar algo, no debe esperar obtener lo otro. Ahora sabes que eres un milagro. Y no existe el temor en un milagro.
Sé orgulloso. No eres un capricho momentáneo de un creador descuidado que hace experimentos en el laboratorio de la vida. No eres un esclavo de fuerzas que no puedes comprender. Eres una manifestación libre de mí ser, de mi amor. Fuiste creado con un propósito.
Siente mi mano. Escucha mis palabras.
Me necesitas... y yo te necesito.
Tenemos un mundo que reconstruir... y si se necesita de un milagro, ¿que es eso para nosotros? Ambos somos milagros y ahora nos tenemos el uno al otro.
Jamás he perdido la fe en ti desde aquel día en que por primera vez te salvé de la ola gigantesca y te arrojé desamparado sobre la playa. De la forma en que mides el tiempo, esto tuvo lugar hace más de quinientos millones de años. Hubo muchos modelos, muchos cortes, muchas tallas antes de que alcanzara la perfección en ti, hace más de treinta mil años. No he hecho un esfuerzo posterior para mejorarte a últimas fechas.
¿Pues cómo voy a mejorar un milagro? Eras una maravilla que contemplar y me sentía satisfecho. Te di este mundo y el dominio sobre el. Después, para que fueras capaz de alcanzar el máximo de tu potencial, posé mi mano sobre ti, una vez más, y te doté de poderes desconocidos para todas las demás criaturas, del universo, aun hasta hoy.
Te di el poder de pensar.
Te di el poder de amar.
Te di el poder de determinar.
Te di el poder de reír.
Te di el poder de imaginar.
Te di el poder de crear.
Te di el poder de planear.
Te di el poder de hablar.
Te di el poder de rezar.
Mi orgullo es que no conocías ataduras. Eras mi creación última, mi mayor milagro. Un ser vivo completo. Uno que puede adaptarse a cualquier clima, a cualquier trabajo pesado, a cualquier desafío. Uno que puede crear su propio destino sin ninguna interferencia por mi parte. Uno que puede traducir cualquier sensación, o percepción, no por el instinto, sino mediante el pensamiento y el análisis en cualquier acción que sea mejor para él y para toda la humanidad.
Así pues, llegamos a la cuarta ley del éxito y la felicidad... ya que te di un poder más, un poder tan grande que ni los ángeles lo poseen.
Te di... el poder de elección.
Con este regalo te situé por encima de mis ángeles... ya que los ángeles no son libres para escoger el pecado.
Te di dominio total sobre tu propio destino. Te dije que determinaras por ti mismo tu propia naturaleza de acuerdo, con tu propia voluntad. No siendo ni divino ni terrestre por naturaleza fuiste libre de modelarte en la forma en que prefirieras. Poseías el poder de elección para degenerar en la forma más baja de vida, pero también tenías el poder, fuera del juicio de tu alma, de renacer en la forma más elevada, que es divina.
Nunca te he quitado tu gran poder, o sea, el de elección.
¿Qué has hecho con esta tremenda fuerza? Mírate. Piensa en las elecciones que has hecho en tu vida y recuerda, ahora, aquellos amargos momentos en los que caerías de rodillas si tan sólo tuvieras la oportunidad de elegir nuevamente.
Lo pasado, asado esta... y ahora conoces la cuarta gran ley para la felicidad y el éxito... Usa sabiamente tu poder de elección.
Elige amar... en lugar de odiar.
Elige reír... en lugar de llorar.
Elige crear... en lugar de destruir.
Elige perseverar... en lugar de renunciar.
Elige alabar... en lugar de criticar.
Elige curar... en lugar de herir.
Elige dar... en lugar de robar.
Elige actuar... en lugar de aplazar.
Elige crecer... en lugar de consumirte.
Elige bendecir... en lugar de blasfemar.
Elige vivir... en lugar de morir.
Ahora sabes que tus desventuras no eran mi voluntad, ya que todos los poderes empleados sobre ti, y el monto de acciones y pensamientos que te situaron en el rechazo de la humanidad eran lo que tú hacías, no yo. Mis regalos de poder eran demasiado grandes para tu pequeña naturaleza. Ahora te has vuelto grande y sabio, y los frutos de la tierra serán para ti.
Eres algo más que un ser humano, eres un ser humano digno.
Eres capaz de realizar maravillas. Tu potencialidad es ilimitada. ¿Cuál otra de mis criaturas ha dominado al fuego? ¿Cuál otra de mis criaturas ha conquistado la gravedad; ha caminado por los cielos; ha dominado laenfermedad, la peste y la sequía?
¡Nunca menosprecies nuevamente a tu persona!
¡No te rebajes por las cosas insignificantes de la vida! ¡Nunca ocultes tus talentos, de ahora en adelante!
Recuerda al niño que dijo: "Cuando sea un niño grande". ¿Pero que es eso? Los niños grandes dicen: "Cuando crezca". Y los adultos dicen: "Cuando me case". Pero, ¿después de todo, que es estar casado? El pensamiento entonces cambia a: "Cuando me jubile". Y entonces, llega la jubilación y observa el panorama de lo hecho; un viento helado pasa sobre eso y de alguna forma lo ha perdido y se ha ido.
Disfruta este día, hoy... y mañana disfruta mañana.
Has realizado el milagro más grande del mundo.
Has regresado de la muerte viviente.
Nunca más sentirás autocompasión y cada nuevo día será un desafío y una alegría.
Has nacido nuevamente... pero igual que antes puedes elegir entre el fracaso y la desesperación o el éxito y la felicidad. La elección es tuya. La elección es exclusivamente tuya. Yo solamente puedo observarte, como antes... orgulloso... o apenado.
Recuerda entonces las cuatro leyes de la felicidad y el éxito.
Anota tus dones.
Proclama tu individualidad.
Camina otro kilómetro.
Usa sabiamente tu poder de elección.
Y algo más, para complementar las otras cuatro leyes.
Haz todo con amor... amor por ti, amor por otros y amor por mí.
Seca tus lágrimas. Sal, toma mi mano y mantente erguido.
Permíteme quitarte las mortajas que te atan.
Este día ha sido notificado.
Tú eres el milagro más grande del mundo.